El pasado septiembre tuve el privilegio de participar como ponente en la quinta edición de TEDxAlcarriaSt. Los organizadores me invitaron a compartir las claves que me permitieron descubrir hace años mis dos pasiones (correr y mi profesión) y que me siguen permitiendo disfrutar de ellas a día de hoy.
Después de reflexionar bastante tiempo llegué a varias conclusiones. La primera y más relevante fue darme cuenta de la importancia de hacerme las preguntas adecuadas. Tengo que confesar que tanto en mi vida profesional como deportiva nunca tuve claro qué quería hacer. En ambos casos llegué a encontrar mi camino haciéndome justo la pregunta contraria: ¿qué no quería ser?, ¿en qué no me quería convertir? Me llevó mucho tiempo encontrar mis pasiones. Mucha prueba y error. Y aquí llega el aprendizaje: tu pasión no siempre es obvia y para la mayoría de las personas encontrarla requiere bastante perseverancia.
La segunda conclusión importante es que, una vez encontrada esa pasión, hay que cultivarla y hacerla crecer. Creo firmemente en que todos debemos encontrar aquello que nos hace felices pero al mismo tiempo es importante recordar que casi nada subsiste sin esfuerzo. Yo tengo una filosofía muy sencilla que comienza con una pregunta poderosa que me hago a mí mismo cada vez que me surge un nuevo reto: ¿quiero hacerlo?, ¿de verdad estoy comprometido a hacerlo? Si la respuesta es afirmativa y encuentro en mi mismo el nivel de compromiso necesario, el siguiente paso es eliminar las excusas. Ya anticipo que no es fácil pero no hay alternativa. A continuación me fijo un objetivo claro y me concentro en su ejecución. Y, por supuesto, hago todo lo posible por disfrutar del proceso.